Cómo los aceites naturales de las plantas apoyan a la piel
Los aceites vegetales, extraídos de los granos de la nuez de argán, del germen del grano de trigo o de las semillas de granada, nutren la piel con sus preciosos ingredientes, apoyan su barrera de protección natural y tienen propiedades antioxidantes.
No todos los aceites son iguales. A diferencia de las siliconas y los aceites minerales derivados del petróleo, como los aceites de parafina y la vaselina, la composición química de la mayoría de los aceites vegetales naturales es similar a los lípidos de la piel humana. En lugar de ser tratados como sustancias extrañas, los aceites vegetales son absorbidos por la capa hidrolipídica de nuestra piel, donde pueden ser metabolizados por nuestro cuerpo. Los aceites vegetales de alta calidad tampoco contienen ingredientes químicos ni fragancias artificiales.
El poder de la Naturaleza
Los aceites utilizados en productos de alta calidad para el cuidado de la piel se obtienen de fuentes naturales, como los granos de albaricoque, los frutos del árbol de argán, las semillas de granada, los granos de trigo, el espino amarillo o la onagra. Las plantas almacenan energía en sus granos y semillas, que necesitan para germinar y crecer. Durante la fotosíntesis, las plantas forman azúcar en sus hojas a partir del agua, el dióxido de carbono y la luz. A partir de esto, la glicerina y los ácidos grasos se producen en un proceso de conversión de varios pasos, y luego se combinan para formar aceites y grasas que se almacenan en las semillas o granos. Desde la antigüedad, la gente ha extraído el aceite de estos depósitos de energía basados en plantas, y los ha usado para masajes relajantes y para el cuidado de la piel. Los beneficios terapéuticos de los aceites vegetales también han sido documentados en la medicina durante siglos.
Los aceites vegetales refuerzan la barrera de la piel
Debido a sus propiedades de conservación de la humedad, el aceite de argán cuida bien la piel madura, haciéndola sentir maravillosamente suave y sedosa. El aceite de argán también contiene vitamina E, un antioxidante natural que ayuda a combatir los efectos negativos de la contaminación atmosférica. Lo mismo ocurre con el aceite de semilla de granada. Debido a su alto contenido de ácido punícico, un ácido graso poliinsaturado, el aceite de granada protege contra los radicales libres y ayuda a la piel a enfrentarse mejor a las influencias ambientales negativas, como el smog o las partículas finas. Cuando se utilizan regularmente, los aceites con propiedades antioxidantes contrarrestan los procesos de envejecimiento, como la formación prematura de arrugas y manchas de pigmento. El aceite de semilla de granada apoya la formación de nuevas células y la regeneración de la piel, lo que lo convierte en otro excelente aceite para el cuidado de la piel madura, seca y estresada.
Lo mejor para la piel, sin un acabado graso
Debido a que están relacionados con los lípidos naturales de la piel, los aceites vegetales cuidan la piel de manera óptima. A diferencia de los aceites minerales, los aceites vegetales penetran fácilmente en las capas superiores de la piel y apoyan sus funciones naturales, complementando su contenido en lípidos y contrarrestando la pérdida de humedad. Las zonas ásperas desaparecen más rápidamente y la piel se siente más suave y firme. Por lo tanto, el cuidado de la piel con aceites faciales naturales favorece un cutis radiante. El aceite facial reafirmante de granada, por ejemplo, penetra rápidamente en la piel sin dejar un desagradable acabado graso.
Las instrucciones detalladas sobre cómo usar nuestro aceite facial se pueden encontrar en el artículo "¿Cuál es la mejor manera de usar los aceites faciales? Un ritual de cuidado de la piel"